Categoría: Pasajes Selectos
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Oda V
A Francisco Salinas Catedrático de Música de la Universidad de Salamanca El aire se serena Y viste de hermosura y luz no usada, Salinas, cuando suena La música extremada, Por vuestra sabia mano gobernada. A cuyo son divino El alma, que en olvido está sumida, Torna a cobrar el tino Y memoria perdida De su…
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Oda XVIII
A Santiago Las selvas conmoviera, Las fieras alimañas, como Orfeo, Si ya mi canto fuera Igual a mi deseo, Cantando el nombre santo Zebedeo; Y fueran sus hazañas Por mí con voz eterna celebradas, Por quien son las Españas Del yugo desatadas Del bárbaro furor, y libertadas; Y aquella nao dichosa, Del cielo esclarecer merecedora,…
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Décima I
Al salir de la cárcel Aquí la envidia y mentira Me tuvieron encerrado. Dichoso el humilde estado Del sabio que se retira De aqueste mundo malvado, Y con pobre mesa y casa En el campo deleitoso Con sólo Dios se compasa, Y a solas su vida pasa, Ni envidiado ni envidioso. —FRAY LUIS DE LEÓN—…
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Oda XV
Al apartamiento Descanso después de la tempestad ¡Oh ya seguro puerto, De mi tan luengo error! ¡Oh deseado Para reparo cierto Del grave mal pasado, Reposo dulce, alegre, reposado! Techo pajizo, adonde Jamás hizo morada el enemigo Cuidado, ni se esconde Envidia en rostro amigo, Ni voz perjura, ni mortal testigo; Sierra que vas al…
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Oda XII
Noche serena A Diego Olarte Cuando contemplo el cielo De innumerables luces adornado, Y miro hacia el suelo De noche rodeado, En sueño y en olvido sepultado; El amor y la pena Despiertan en mi pecho un ansia ardiente, Despiden larga vena Los ojos hechos fuente; Olarte, y digo al fin con voz doliente: Morada…
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Nueva Atlántida IV
Por lo cual toda aquella noche navegamos en dirección a esta apariencia de costa y al amanecer del día siguiente pudimos distinguir claramente que ante nuestra vista se extendía una tierra llana que la espesura hacía aparecer más oscura, y al cabo de hora y media de navegar nos encontramos en un buen fondeadero, no…
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Vivo sin vivir en mí
1 Coplas del alma que pena por ver a Dios Vivo sin vivir en mí y de tal manera espero, que muero porque no muero. 1. En mí yo no vivo ya y sin Dios vivir no puedo; pues sin él y sin mí quedo, este vivir ¿qué será? Mil muertes se me hará, pues mi…
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Nueva Atlántida V
Al día siguiente, una vez ya medio solucionadas las dificultades de transporte y traslado de hombres, creí conveniente convocar a todos los nuestros, y así que estuvieron reunidos les dije: «Queridos amigos, consideremos y analicemos nuestra situación: somos hombres que, cuando ya nos veíamos enterrados en el seno del océano, fuimos lanzados sobre la tierra,…
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Nueva Atlántida VI
Al día siguiente, a eso de las diez, vino otra vez a vernos nuestro gobernador, y cambiados los saludos de costumbre, dijo familiarmente, pidiendo una silla y sentándose, que venía a visitarnos, y nosotros, que éramos sólo diez (los restantes o pertenecían a clase muy humilde o habrían salido), nos sentamos a su alrededor, y…
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Moradas del castillo interior IV
8. Yo he andado en esto de esta baraúnda del pensamiento bien apretada algunas veces, y havrá poco más de cuatro años que vine a entender por esperiencia que el pensamiento o imaginativa, por que mejor se entienda, no es el entendimiento, y pregúntelo a un letrado y díjome que era asnsí, que no fuera…